viernes, 29 de mayo de 2015

Actividad: Lenguas extranjeras


1. Lee los mensajes de estos carteles, ¿a qué idiomas pertenecen?, ¿Entendéis los mensajes? En caso de no entenderlos buscad su traducción.

2. ¿Es igual la estructura sintáctica en todas las lenguas? ¿Qué diferencias estructurales observáis? Si conocéis otros idiomas que difieran de nuestra estructura sintáctica ¡hazlo saber a tus compañeros!

3. Analiza sintácticamente los mensajes traducidos al español.

jueves, 28 de mayo de 2015

Actividad: Bolsa sintáctica


1. En grupos de 4 personas deberéis elegir a un portavoz. Este será el encargado de coger papeles a ciegas de esta bolsa sintáctica. Cuando tengáis un número considerable de papeles según el profesor deberéis pasar a formar oraciones que contengan las funciones sintácticas que os han tocado.

Actividad: Concurso preguntas y respuestas

1. En grupos de 4 deberéis redactar 10 preguntas sintácticas del tipo: en la oración Luis tiene sed, ¿cuál es el sujeto?


Recordad que en el concurso se valorará la creatividad de vuestras preguntas, la rapidez para responder correctamente y los aciertos obtenidos.

Actividad: Grupos Sintácticos

1. Entrad en este enlace y realizad el crucigrama: file:///C:/Users/Asus/Desktop/crucigrama.htm


miércoles, 20 de mayo de 2015

Actividad: Valores de SE

1. Mirad las siguientes imágenes. ¿Reconocéis los distintos valores de SE? Escribid los que recordéis.









2. ¿Observando las imágenes se os ocurren otras oraciones de este tipo?


-Ella se maquilla.
-Los jugadores se intercambian las camisetas.
-Se vende
-Ella se lesionó en el partido.
-Cámbiale el pañal al niño. (¡Cámbiaselo!)
-El padre le da el regalo a su hija. (Se lo da)
-La madre cortó la tarta de cumpleaños para Ana en muchos trozos. (Se la cortó)

3. Analizad esas oraciones que se os han ocurrido, al menos una que represente cada valor que posee SE.

domingo, 17 de mayo de 2015

Actividad: Identifica la Función Sintáctica


1. Lee este fragmento de El principito

EL PRINCIPITO

XIII

El cuarto planeta estaba ocupado por un hombre de negocios. Este hombre estaba tan abstraído que ni siquiera levantó la cabeza a la llegada del principito.
—¡Buenos días! —le dijo éste—. Su cigarro se ha apagado.
—Tres y dos cinco. Cinco y siete doce. Doce y tres quince. ¡Buenos días! Quince y siete veintidós. Veintidós y seis veintiocho. No tengo tiempo de encenderlo. Veintiocho y tres treinta y uno. ¡Uf! Esto suma quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno.
—¿Quinientos millones de qué?
—¿Eh? ¿Estás ahí todavía? Quinientos millones de... ya no sé... ¡He trabajado tanto! ¡Yo soy un hombre serio y no me entretengo en tonterías! Dos y cinco siete...
—¿Quinientos millones de qué? —volvió a preguntar el principito, que nunca en su vida había renunciado a una pregunta una vez que la había formulado.
El hombre de negocios levantó la cabeza:
—Desde hace cincuenta y cuatro años que habito este planeta, sólo me han molestado tres veces. La primera, hace veintidós años, fue por un abejorro que había caído aquí de Dios sabe dónde. Hacía un ruido insoportable y me hizo cometer cuatro errores en una suma. La segunda vez por una crisis de reumatismo, hace once años. Yo no hago ningún ejercicio, pues no tengo tiempo de callejear. Soy un hombre serio. Y la tercera vez... ¡la tercera vez es ésta! Decía, pues, quinientos un millones...
—¿Millones de qué?
El hombre de negocios comprendió que no tenía ninguna esperanza de que lo dejaran en paz.
—Millones de esas pequeñas cosas que algunas veces se ven en el cielo.
—¿Moscas?
—¡No, cositas que brillan!
—¿Abejas?
—No. Unas cositas doradas que hacen desvariar a los holgazanes. ¡Yo soy un hombre serio y no tengo tiempo de desvariar!
—¡Ah! ¿Estrellas?
—Eso es. Estrellas.
—¿Y qué haces tú con quinientos millones de estrellas?
—Quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno. Yo soy un hombre serio y exacto.
—¿Y qué haces con esas estrellas? —¿Que qué hago con ellas?
—Sí.
—Nada. Las poseo.
—¿Que las estrellas son tuyas?
—Sí.
—Yo he visto un rey que...
—Los reyes no poseen nada... Reinan. Es muy diferente.
—¿Y de qué te sirve poseer las estrellas?
—Me sirve para ser rico.
—¿Y de qué te sirve ser rico?
—Me sirve para comprar más estrellas si alguien las descubre.
"Este, se dijo a sí mismo el principito, razona poco más o menos como mi borracho".
No obstante le siguió preguntando:
—¿Y cómo es posible poseer estrellas?
—¿De quién son las estrellas? —contestó punzante el hombre de negocios.
—No sé. . . De nadie.
—Entonces son mías, puesto que he sido el primero a quien se le ha ocurrido la idea.
—¿Y eso basta?
—Naturalmente. Si te encuentras un diamante que nadie reclama, el diamante es tuyo. Si encontraras una isla que a nadie pertenece, la isla es tuya. Si eres el primero en tener una idea y la haces patentar, nadie puede aprovecharla: es tuya. Las estrellas son mías, puesto que nadie, antes que yo, ha pensado en poseerlas.
—Eso es verdad —dijo el principito— ¿y qué haces con ellas?
—Las administro. Las cuento y las recuento una y otra vez —contestó el hombre de negocios—. Es algo difícil. ¡Pero yo soy un hombre serio!
El principito no quedó del todo satisfecho.
—Si yo tengo una bufanda, puedo ponérmela al cuello y llevármela. Si soy dueño de una flor, puedo cortarla y llevármela también. ¡Pero tú no puedes llevarte las estrellas!
—Pero puedo colocarlas en un banco.
—¿Qué quiere decir eso?
—Quiere decir que escribo en un papel el número de estrellas que tengo y guardo bajo llave en un cajón ese papel.
—¿Y eso es todo?
—¡Es suficiente!
"Es divertido", pensó el principito. "Es incluso bastante poético. Pero no es muy serio".
El principito tenía sobre las cosas serias ideas muy diferentes de las ideas de las personas mayores.
—Yo —dijo aún— tengo una flor a la que riego todos los días; poseo tres volcanes a los que deshollino todas las semanas, pues también me ocupo del que está extinguido; nunca se sabe lo que puede ocurrir. Es útil, pues, para mis volcanes y para mi flor que yo las posea. Pero tú, tú no eres nada útil para las estrellas...
El hombre de negocios abrió la boca, pero no encontró respuesta.
El principito abandonó aquel planeta.
"Las personas mayores, decididamente, son extraordinarias", se decía a sí mismo con sencillez durante el viaje.

2. Realiza este test: file:///C:/Users/Asus/Desktop/Funciones%20sint%C3%A1cticas.htm

Actividad: Análisis Sintáctico

1. Analiza sintácticamente los mensajes de estas imágenes: